
Creo que nunca me guie especialmente por hacer lo que tocaba a cada edad. Nunca sabré si por eso me perdi cosas, seguramente algunas sí, pero no hice cosas que no me apetecía hacer o de las que no estaba del todo convencida, sólo porque fuera eso lo que tocaba.
Algunas son cosas a las que no le doy mucha importancia pero que también hacieron de mí la persona que soy ahora, como que de niña siempre preferí agarrarme a un libro -ante mi insistencia en querer leer por mi cuenta los cuentos que me leía mi vieja, aprendí a leer un poco antes de que los demás chicos lo hicieran en el cole y desde entonces me gusto - antes que jugar a correr por ahí, al pilla-pilla o similares.
Otras en su día me costaron lágrimas y, desde luego, también me marcaron y se quedaron en mi carácter de alguna forma. Como que a mí de adolescente me costaba bastante socializar y, excepto un curso en el instituto, no me fue nada fácil hacerme con un grupo con el que salir los fines de semana, emborracharme sin sentido y vivir el resto de experiencias -que van mucho más allá de las borracheras, lo sé- que se viven masomenos a los quince años.
Tampoco supe nunca pasar página cuando me lo decian, y a veces pasaba años sola porque seguía enganchada a una relación anterior, ya terminada. Claro, eso no tocaba, pero a mí cerrar heridas me cuesta mucho y necesito mis tiempos. Y aunque eso tenga cosas negativas, me gusta mi capacidad de hacer las cosas cuando estoy preparada, cuando realmente me salen de dentro, y no sólo hacerlas porque sí, porque es lo que toca. Diviértete, estudia, ten una pareja, ten varias más, trabaja, cómprate un coche, cómprate una casa con tu pareja, planea la boda, cásate, ten una parejita y un perro. El camino de baldosas amarillas.
A veces es preferible descubrir tus propios caminos, aunque no vengan tan bien señalizados y puedas perderte por ellos. Pero cuando uno se pierde, sólo es cuestión de encontrarse.
Eso es la teoría.
Pero estos últimos meses ando un poco revuelta. Veo a mi alrededor parejas que toman decisiones que yo no tomo, y me pregunto si algo va mal en mí, o en nosotros, o si simplemente es que, como en otras ocasiones, no voy a hacer cosas que no quiero hacer sólo porque sea lo que corresponde, o lo que otra gente haga. Lo que toca.
Y ayer, viendo a la novia probándose trajes, igual que el día que les acompañamos a la firma del contrato de la casa aún por construir, me crecía un hueco en el pecho. No sé si estoy haciendo algo mal, si me estoy volviendo a perder cosas como me perdí los viajes de fin de curso y tantas otras cosas en mi, o si simplemente intento encontrar mis tiempos, mi propio momento de dar cada paso y no hacer las cosas cuando vienen senñaladas en el camino de baldosas amarillas al que a lo mejor echo un vistazo con demasiada frecuencia para ver qué hacen los demás.
Pero el hueco en el pecho es innegable.



soy Framm tu hnitoo =) bueno paso y esta re lindo el flog me enknta boe un recontra beso chauuu te amo manita ♥
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